...y con tres episodios finalizo más de tres años de Aurora morfinómana.
Comienzo a desmaquillarme y frente al espejo me doy cuenta que un dia más me quedo sin esa noche absurda que sólo consigo imaginar, y que como cenicienta ingenua espero econtrar a aquel que coincida conmigo.
Y como aquel que se ocasiona sus propios vómitos introducendo los dedos índice y corazón por la boca hasta tocar la campanilla, ella urga por el buzón de entrada de su móvil, buscando así algún hecho empírico que le tocase la fibra sensible y le hiciera sentirse, al menos, importante esa noche.
Y es que aunque mi ilusión sea ficticia, tengo la esperanza de encontrar la verdadera